Hace muchísimo tiempo pienso en las enfermedades. En las heredadas, en todo eso que viene con el ADN familiar, y también en las que escucho que tienen los demás. Siempre he sentido que mis temores tienen que ver con eso básicamente… ¿no? El miedo a perder la salud, a inmovilizarme para hacer mi día día, a mi intolerancia a una simple gripe, a mis alergias y también sobre la mirada que tengo cuando les pasa a los otros.
¿Pero qué es enfermar? Me hago esa pregunta con frecuencia.
¿Qué es enfermar?
En mi caso un llamado de atención, algo que aparece cuando no estoy pudiendo resolver lo que no digo, lo que me guardo, algo que siento. Siempre “me enfermo” cuando la tristeza o la preocupación se me hace síntoma… Y trabajo muy seguido, incluso con terapias alternativas, en todo lo que puedo hacer por mí.
He descubierto que no sólo comiendo sano o incluso moviéndome (algo que me cuesta horrores) consigo estar saludable, sino en todo lo que pienso sobre mí y acerca de las personas que me rodean, incluso de ciertos hechos.
Hace poco un amigo muy querido fue internado, y en esos 15 días que estuvo allí, fui a visitarlo tantas veces que la recepcionista se aprendió mi nombre y hasta me preguntaba por él. Le conté que ambos somos artistas, que él es de otro país, entonces sus amigos hemos tomado el rol de familia… Y así…
Hubieron días donde la charla fluía y otros donde él estaba más callado, quizás preocupado por su diagnóstico. ¿Pero saben qué? Yo siempre estuve calmo, porque muy en mi interior sabía que todo iba a estar bien.
Esos días en el hospital observé a otros enfermos, incluso a los médicos, las enfermeras, las personas que esperaban fumando en la vereda para ver a un familiar… Y pude contemplar “la espera” tan de cerca que parecía casi poder tocarla.
Esperar que un amigo mejore, esperar que encuentren un tratamiento adecuado. Esperar que los médicos tengan un buen día y estén lúcidos para encontrar dentro de sí la ayuda necesaria para cada paciente. Esperar que vengan tiempos mejores. Esperar que cada persona que está allí, sea por el motivo que sea, y sin conocerlas, puedan hallar pronto su salud y mantenerla.
A veces la enfermedad es simplemente saber esperar para poder ver qué quiere decirnos. Por qué ha venido a nuestro cuerpo, o al menos así me gusta pensarlo; y desde que empecé este complejo ejercicio de contemplar, de calma, de saber esperar para poder ver me siento más en eje, más confiado acerca del futuro, tanto mío como de alguien que quiero.
La enfermedad, sin romantizarla, es algo importante. Un simple recordatorio de las cosas que realmente importan, y de saber que jamás somos sin el otro.
Porque necesitamos que nos cuiden, que nos quieran y que estén dispuestos a esperar con uno lo que sea que nos toque vivir.
Mirar con amabilidad es urgente, es necesario y es bálsamo.
Que tengan linda semana.
Hermoso y una mirada muy interesante… me deja pensando