Siempre te pienso Sylvette
Hace años, creo que por el 2012, a causa de un posible rodaje de un guión mío que finalmente no se filmó, viajé a Villa La Angostura con un equipo reducido a conocer posibles locaciones para hacer en ese pueblo la película. No viene el caso hablar de la historia ni de esa producción, sino de cómo a través de eso llegué a conocer a Sylvette, una artista que llegó al lugar en 1962 y transformó su casa en una especie de centro cultural donde se expusieron grabados originales de Goya y Picasso, hasta conciertos y presentaciones, disertaciones de numerosos artistas que eran invitados a hablar de sus obras en dicha casa.
Por una necesidad de la actriz -que deseaba aprender técnicas de pintura para componer mejor al personaje de la historia que pretendíamos filmar- el intendente nos recomendó visitar la casa de esta mujer, que al parecer, siempre tenía las puertas abiertas para recibir gente, y si de arte trataba, pues mejor entonces.
Y así fue. Esa tarde la visitamos; llevamos un lemon pie para tomar el té. Para nuestra sorpresa ya había otros invitados, particularmente recuerdo a un señor y un chico joven -franceses ambos- a la amiga de la dueña de casa, otra mujer que no sé quién era y otro hombre. Estaban todos tomando el té en una mesa redonda y hablaban en distintos acentos. Sylvette nos recibió y sin darnos cuenta estábamos sentados charlando y tomando té con tartas.
Ni siquiera haré el esfuerzo de describir su casa porque no se puede; sólo diré que la construyó ella y su marido, que ella misma fue quién la diseño en unos bocetos incompletos pero suficientes para hacerse entender. Un gran ventanal, una cocina amplia y abierta hacia el living, y en otro nivel un taller donde ella pintaba sus retratos. Nos rodeaba una gran biblioteca que guardaba también esculturas de su autoría. Más allá un piano de cola y algunos violines.
Yo estaba callado y no podía dejar de mirar la casa y los ojos azules de Sylvette, que un momento dijo: "A mi me dijeron que me traían un cantante" y me sonrió. Amablemente me pidió si le podía cantar alguna cosa, a lo cuál accedí como una forma de agradecerle tanta gentileza de abrirme su casa.
Recuerdo que me rodearon; me senté en la banqueta del piano y les canté un negro spiritual a capella. Luego de un silencio vino el aplauso y pidieron más, esta vez los franceses sacaron sus cámaras y filmaron todo. Cante 3 canciones más, en inglés y español. Cuando terminé Sylvette me dijo: "Si tuviera que pintar tu voz haría un cuadro color rojizo - anaranjado y la pintura se saldría de los bordes, como tu voz, que cuando haces silencio, queda haciendo eco en todo el aire". Y aplaudieron.
Luego de eso, y yo sorprendido por tamañas palabras, nos sentamos cerca del taller, y Sylvette me pidió que fuera con ella al sillón. Recuerdo a la actriz mirarme de lejos y a todos los demás tratando de escuchar lo que Sylvette hablaba conmigo.
Las palabras que me dijo esa vez me las guardo muy dentro mío. Fue hermoso.
Sé que una de las asistentes de producción sacó fotos, entre ellas, una de Sylvette y mía conversando en ese sillón.
Cuando nos fuimos, yo perdí contacto con toda esa gente y la película jamás se hizo. Nunca regresé al lugar y no sé nada de Sylvette, a pesar de haberla querido contactar a través de internet, mails y teléfonos de gente que llevaba su mismo apellido.
Con el tiempo le pedí varias veces ese material a la chica de producción, pero nunca me contestaba, y cuando lo hizo me dijo por mail: "No tengo tiempo para estas estupideces. No sé donde están las fotos. Estoy ocupada". Después de leer eso no quise seguir pidiendo. Me hirió y con esa frase perdí la posibilidad de recuperar el recuerdo de una foto con esta mujer maravillosa.
Pero como soy yo, como soy inquieto, creativo y no rencoroso, escribo esto para traerla de nuevo, para rememorar esa tarde donde me sentí a salvo de muchas cosas, donde fui yo, donde cante a gusto y donde me encontré con otros ojos que miran el mundo como suelo mirarlo yo.
Gracias Sylvette y UNIVERSO por esa tarde que jamás voy a olvidar.
En Pandemia me enteré de su fallecimiento a través de un diario.